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Aginet, el must en mi bolso !
Las toallitas íntimas Aginet limpian y protegen tu zona íntima cada día. Prácticas y cómodas, te acompañan todo el día, estés donde estés: en el gimnasio, en el spa o en la naturaleza. Además, se pueden deshechar fácilmente en el inodoro.
Aginet ha sido diseñado con gran cuidado para el planeta. Gracias a su formulación natural, las toallitas Aginet están hechas con fibras vegetales 100% naturales de celulosas eco-biodegradables.
LA IMPORTANCIA DE LA AUTODEFENSA DE LA PIEL
En un momento en que la ecología y la protección de la naturaleza y su biodiversidad figuran entre las principales preocupaciones de nuestro mundo, es importante hablar de ellas.
No es de extrañar si se tiene en cuenta que en la superficie de la piel hay todo un jardín de microorganismos que es imprescindible preservar.
De hecho, hoy en día es comúnmente aceptado que la piel es la sede de un verdadero ecosistema formado, por un lado, por el stratum corneum y, por otro, por la flora microbiana saprofita, también llamada Ecoflora.
El stratum corneum, la capa más superficial de la epidermis, desempeña el papel de barrera física encargada de proteger la piel contra las agresiones externas a las que se ve sometida cada día.
Ecoflora cutánea constituye una verdadera barrera de defensa microbiológica contra las infecciones, asegurando un equilibrio ecológico al oponerse a la implantación.
Cada uno de ellos es responsable, en última instancia, de la conservación de los diferentes ecosistemas que lo rigen. Tomar conciencia de que en la piel existe una Ecoflora microscópica que es imprescindible proteger, estimular e incluso restaurar, es ahora un nuevo gesto de higiene, una nueva actitud a adoptar ante los productos cosméticos y sus interacciones con la piel y su entorno.
LA PIEL, UNA BARRERA FÍSICA DE PROTECCIÓN
Frente a las distintas agresiones que sufrimos a diario, el principal sistema de defensa del organismo es su ecosistema, formado por el estrato córneo y la flora cutánea residente.
La piel es una envoltura flexible y resistente, una auténtica barrera que protege al cuerpo del entorno exterior.
Se compone de varias capas (véase el diagrama siguiente), incluida la epidermis, la capa más superficial.
BIOECOLIA PROBIOTICOS PARA DIFERENTES EDADES
ADOLESCENCIA
- El sistema hormonal se despierta y altera el ecosistema cutáneo
- Las secreciones sebáceas aumentan, la flora residente cambia y se enriquece con bacterias lipofílicas
EDAD ADULTA
- El ecosistema alcanza su equilibrio, excepto en el caso de las mujeres embarazadas, en el que se producen cambios hormonales que son fuente de trastornos cutáneos.
MENOPAUSIA
- El sistema hormonal se despierta y altera el ecosistema cutáneoLas secreciones sebáceas aumentan, la flora residente cambia y se enriquece con bacterias lidófilasEl ecosistema alcanza su equilibrio, excepto en las mujeres embarazadas, donde sufre modificaciones hormonales que son fuente de trastornos cutáneos
El sistema de defensa de la piel se ve afectado
La epidermis se vuelve más fina y la función de barrera de la piel se debilita
La permeabilidad de la piel aumenta y la piel se vuelve más irritable a las agresiones externas
Todos estos factores de agresión desequilibran el ecosistema, al alterar la epidermis por la deslipidación de la piel, por ejemplo, y al desestabilizar la flora cutánea por la modificación de las condiciones ambientales
A NIVEL DE LA FLORA VAGINAL :
La existencia de un pH ácido se reconoce como un factor de estabilidad de la flora vaginal. La presencia de azúcares metabolizables (proporcionados por el glucógeno liberado durante la descamación) provoca una acidificación del medio y permite el establecimiento de una flora beneficiosa compuesta esencialmente por lactobacilos.
La alcalinización del entorno coincide muy a menudo con la aparición de una vaginitis inespecífica.