Causas y consecuencias de la fragilidad del ecosistema: la piel de la vulva

Durante las agresiones múltiples, la piel privada de una parte de su microflora se convierte en un ecosistema frágil, susceptible de una colonización anárquica (F.POLI, Savons et syndets, Ann. Dermatol. Venereol, 120, 497-501 (1993)).

Hay que tener en cuenta varios factores de modificación, en particular el entorno (contaminación, temperatura, higrometría, etc.)

Ya sea en contacto directo con la piel o en el aire, estos factores de agresión debilitan la superficie de la piel y abren “brechas” que facilitan la invasión de bacterias patógenas o liberan sustancias irritantes.

Además, ya no nos tomamos el tiempo necesario para adaptar suavemente nuestro cuerpo a nuestro entorno.

Frío, calor, humedad o sequedad, nuestro ecosistema debe hacer frente constantemente al ritmo “flash” de la vida moderna:

-Estrés

-Malos hábitos de consumo: alimentación, productos domésticos, higiene excesiva…

Del mismo modo, el uso excesivo de productos de higiene (como jabones de baño o ducha ácidos o alcalinos) provocará cambios.

Actúan de forma mucho más suave, pero se aplican en grandes áreas de la piel y alteran las condiciones de la superficie cutánea y cambian las condiciones fisiológicas ambientales de la misma. De este modo, perturban la flora beneficiosa residente.

A menor escala, algunos productos para el cuidado de la piel pueden, en algunos casos, alterar temporalmente el ecosistema cutáneo.